sábado, 26 de abril de 2014

DAVID (VI): El pacto de Dios con David




En la faceta de David como rey es necesario hablar del pacto de Jehová con él.
1 Cr 17. 1 Aconteció que morando David en su casa, dijo David al profeta Natán: He aquí yo habito en casa de cedro, y el arca del pacto de Jehová debajo de cortinas.

David vive en un palacio y en su amor por Jehová que tanto le ha amado (le ha hecho bien) proyecta el corresponderle edificándole un edificio físico apropiado.
 2 Y Natán dijo a David: Haz todo lo que está en tu corazón, porque Dios está contigo.

A tenor de la continuación de la historia aquí Natán habla de su propia opinión, no de la de Dios
3 En aquella misma noche vino palabra de Dios a Natán, diciendo: 4 Ve y di a David mi siervo: Así ha dicho Jehová: Tú no me edificarás casa en que habite. 5 Porque no he habitado en casa alguna desde el día que saqué a los hijos de Israel hasta hoy; antes estuve de tienda en tienda, y de tabernáculo en tabernáculo. 6 Por dondequiera que anduve con todo Israel, ¿hablé una palabra a alguno de los jueces de Israel, a los cuales mandé que apacentasen a mi pueblo, para decirles: ¿Por qué no me edificáis una casa de cedro?

Implícitamente Jehová les está diciendo que hubiera debido inquirir y escudriñar las Escrituras con atención antes de imaginar o proyectar lo suyo propio pues que Él no había hablado nada de lo que David pretende. Por otra parte, comprensivo y clemente como es, y conociendo el corazón de David, sabe de su intención agradecida y eso parece que le agrada pues le promete

 7 Por tanto, ahora dirás a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo Israel; 8 y he estado contigo en todo cuanto has andado, y he cortado a todos tus enemigos de delante de ti, y te haré gran nombre, como el nombre de los grandes en la tierra. 9 Asimismo he dispuesto lugar para mi pueblo Israel, y lo he plantado para que habite en él y no sea más removido; ni los hijos de iniquidad lo consumirán más, como antes, 10 y desde el tiempo que puse los jueces sobre mi pueblo Israel; mas humillaré a todos tus enemigos. Te hago saber, además, que Jehová te edificará casa. 11 Y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. 12 El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente. 13 Yo le seré por padre, y él me será por hijo; y no quitaré de él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti; 14 sino que lo confirmaré en mi casa y en mi reino eternamente, y su trono será firme para siempre.

Notamos cómo David habla de casa como edificio (templo) mientras que Jehová de los Ejércitos habla de “casa” como familia. Le dice Jehová de los Ejércitos que Él levantará a uno de sus descendientes que será quien edificará familia para Jehová de los Ejércitos y eso será por medio de la acción de un Jehová que edificará la familia de David (Am 9.11)

Según este pacto David debía ser un rey para la tierra trasunto del Rey del Cielo: justo, misericordioso, clemente, pacífico….bajo su reinado el hombre(los humanos) debían crecer en todas las facetas que les asemejaran a los súbditos “celestiales”, esto podría ser simbolizado en el triángulo inferior de la estrella de David.
 
Triángulo apuntando hacia el cielo que representaría la Humanidad siendo la altura el equivalente al grado de conciencia de los diversos seres humanos: la base los más apegados a la tierra, menos evolucionados, y en el pináculo el rey, cuya conciencia debía ser la más elevada conduciendo así a los súbditos hacia Dios.

En el pacto con David, su parte, la parte que debían cumplir los humanos, está recogida en el Salmo 89 
 30 Si dejaren sus hijos mi ley, Y no anduvieren en mis juicios,
 31 Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos,
32 Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades.

Esto es, vivir según la ley del amor, pensando según los juicios (pensamientos de Dios),  respetando lo establecido por Él y actuando según su orden.

Tanto en 2 Samuel 7 como en 1 Crónicas 17 se recoge ampliamente la parte de Dios en el acuerdo
2 S 7.  8 Ahora, pues, dirás así a mi siervo David: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo te tomé del redil, de detrás de las ovejas, para que fueses príncipe sobre mi pueblo, sobre Israel; 9 y he estado contigo en todo cuanto has andado, y delante de ti he destruido a todos tus enemigos, y te he dado nombre grande, como el nombre de los grandes que hay en la tierra.  10 Además, yo fijaré lugar a mi pueblo Israel y lo plantaré, para que habite en su lugar y nunca más sea removido, ni los inicuos le aflijan más, como al principio, 11 desde el día en que puse jueces sobre mi pueblo Israel; y a ti te daré descanso de todos tus enemigos. Asimismo Jehová te hace saber que él te hará casa.12 Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus padres, yo levantaré después de ti a uno de tu linaje, el cual procederá de tus entrañas, y afirmaré su reino.13 El edificará casa a mi nombre, y yo afirmaré para siempre el trono de su reino.14 Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de hombres; 15 pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual quité de delante de ti.16 Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente.
Esta parte del pacto correspondiente a Dios se podría simbolizar en el otro triángulo de la estrella de David 
 
Sería como decir el cielo incidiendo en la tierra, el tramo ancho los seres celestiales dispuestos a ayudar a los hombres y el extremo inferior la máxima intervención, esto es, la encarnación en Jesús. De esta forma la Estrella de David vendría a simbolizar el pacto entre Dios y David y por ello mismo la unión de cielo y tierra
Mt 6. 10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

Este era el pacto para que en la tierra se instaurara la armonía, la paz, el amor, el bien, pero David primero y luego sus hijos incumplieron.

Elspeth 2012
Citas correspondientes a Reina Valera 1960 

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