Jn 14.15
Si me amáis, guardad mis mandamientos.
Jn 15.10
Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he
guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
¿Cuáles
son estos mandamientos?
Jesús dice a
sus apóstoles en su cena de despedida : “ Un mandamiento nuevo os doy: Que os
améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.”(Jn
13. 34)
Mandamiento nuevo
porque ya les había dado otros desde que empezó a constituirlos como sacerdotes
del Nuevo Pacto, esto es, “los cielos nuevos” (Is 65.17)
Encontramos estos
mandamientos de Jesús en el evangelio de
Mateo, que es el que habla de ese reino de sacerdotes
Mt
5. 19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así
enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas
cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de
los cielos.
La sal de la tierra
13 Vosotros sois
la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No
sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
14 Vosotros sois
la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.15 Ni
se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y
alumbra a todos los que están en casa. 16 Así alumbre vuestra luz delante de
los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro
Padre que está en los cielos.
Jesús y la ley
19 De manera que
cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a
los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera
que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.20
Porque os digo que si vuestra
justicia no fuere mayor que
la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Jesús y la ira
23 Por tanto, si
traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo
contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y
entonces ven y presenta tu ofrenda.
Jesús y el adulterio
29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer,
sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus
miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.30 Y si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de
ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo
tu cuerpo sea echado al infierno.
Jesús y el divorcio
31 También fue
dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio.32 Pero yo os
digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que
ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.
Jesús y los juramentos
33 Además habéis
oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus
juramentos.34 Pero yo os digo: No
juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de
Dios;35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén,
porque es la ciudad del gran Rey36 Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes
hacer blanco o negro un solo cabello.37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de
mal procede.
El amor hacia los enemigos
39 Pero yo os
digo: No resistáis al que es malo;
antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la
otra; 40 y al que quiera
ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;41 y a cualquiera que te obligue a llevar
carga por una milla, ve con él dos.42 Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo
rehúses.
44 Pero yo os
digo: Amad a vuestros enemigos,
bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por
los que os ultrajan y os persiguen;
48 Sed,
pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Jesús y la limosna
6.1 Guardaos de hacer vuestra justicia
delante de los hombres, para ser vistos de ellos;
.3 Mas cuando tú
des limosna, no sepa tu izquierda lo
que hace tu derecha,4 para que sea tu limosna en secreto; y tu Padre
que ve en lo secreto te recompensará en público.
Jesús y la oración
6 Mas tú, cuando
ores, entra en tu aposento, y cerrada
la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo
secreto te recompensará en público.7 Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan
que por su palabrería serán oídos.
9 Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.10 Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el
cielo, así también en la tierra.11 El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.12 Y
perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros
deudores.13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es
el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.
14
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros
vuestro Padre celestial;15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas,
tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
Jesús y el ayuno
17 Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu
rostro,
Tesoros en el cielo
20 sino haceos
tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones
no minan ni hurtan.21 Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también
vuestro corazón.
La lámpara del cuerpo
22 La lámpara
del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno
de luz;23 pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así
que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas
tinieblas?
24 Ninguno puede
servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al
uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
El afán y la ansiedad
31
No os afanéis, pues,
diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?32 Porque los
gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis
necesidad de todas estas cosas.33 Mas buscad
primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas.
El juzgar a
los demás
7.1 No
juzguéis, para que no seáis juzgados.2 Porque con el juicio con que
juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido.
5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien
para sacar la paja del ojo de tu hermano.
6
No deis lo santo a los perros, ni
echéis vuestras perlas delante de los cerdos, no sea que las pisoteen,
y se vuelvan y os despedacen.
La oración, y la regla de oro
7 Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá.
12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así
también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
La puerta estrecha
13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino
que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
15 Guardaos de los falsos profetas,
que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos
rapaces.16 Por sus frutos los conoceréis
20 Así que, por
sus frutos los conoceréis.
Los dos cimientos
24 Cualquiera,
pues, que me oye estas palabras, y
las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Elspeth. Mayo 2014
Citas de Reina Valera 1960
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