Para entender y encontar la respuesta leamos
Is 8. 20 ¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.
Tres elementos a considerar: ley, testimonio y amanecer.
La Ley
Mr 10. 17 Al salir él
para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él,
le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? 18 Jesús
le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios.
19 Los mandamientos sabes: No adulteres. No mates. No hurtes. No digas
falso testimonio. No defraudes. Honra a tu padre y a tu madre.
20 El entonces, respondiendo, le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado
desde mi juventud.
21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta:
anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el
cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.
El Testimonio
Jn 5.36 Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan; porque las obras que el Padre me dio para que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me ha enviado.
Jn 8.18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo, y el Padre que me envió da testimonio de mí.
Este
joven decía cumplir la Ley, le faltaba el Testimonio y eso es lo que le ofrecía
y aconsejaba Jesús, que dejara lo que poseía y le siguiera.
Si lo hubiera hecho
hubiera aprendido de y con Jesús, hubiera correspondido al amor que le
manifestaba Jesús con su invitación, hubiera participado de la tarea de Jesús
(tomando su cruz como Él la tomaba) hubiera oído, visto e incorporado el
Testimonio de Jesús a sí mismo y entonces le hubiera amanecido.
El amanecer
Mal 4.2 Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
Citas de Reina Valera 1960
Elspeth