En la amonestación de
parte de Jehová a David se le anunció y predijo también:
2 S 12. 9 ¿Por qué, pues, tuviste en
poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo
heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la
espada de los hijos de Amón. 10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada,
por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese
tu mujer. 11 Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal
sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré
a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. 12
Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a
pleno sol.
Esto último se cumplió
cuando Absalón se aposentó en Jerusalén 2 S 16. 21 Y Ahitofel
dijo a Absalón: Llégate a las concubinas de tu padre, que él dejó para guardar
la casa; y todo el pueblo de Israel oirá que te has hecho aborrecible a tu
padre, y así se fortalecerán las manos de todos los que están contigo. 22
Entonces pusieron para Absalón una tienda sobre el terrado, y se llegó Absalón
a las concubinas de su padre, ante los ojos de todo Israel.
En cuanto a “no
se apartará jamás de tu casa la espada” y “yo haré levantar el mal sobre ti de tu
misma casa” así fue porque pocos momentos de auténtica paz vivió
David; se sucedieron episodios violentos,
profundamente emocionales, con fuertes
desgarros como el que le aconteció con la rebelión de Absalón precedida del
asesinato de su otro hijo Amnón por orden de Absalón.
Amnón se enamoró de
Tamar, hermana de Absalón y de él mismo (supongo que hermanastra, quizás) y,
con treta engañosa ideada por su primo Jonadab, logró atraerla a su casa y la
violó. El enamoramiento se le esfumó y no compensó lo hecho sino que la envió.
Debió ser un golpe
para David pues leemos que se enojó mucho pero lo cierto es que no consta que
hiciera nada. Tampoco lo hizo Absalón hasta dos años después en que reunió en
una invitación a los otros hijos de
David y dio orden a sus siervos de que mataran a Amnón.
Así lo hicieron pero
cuando la noticia llegó a David le llegó distorsionada
2 S 13. 30 Estando ellos aún en el
camino, llegó a David el rumor que decía: Absalón ha dado muerte a todos los
hijos del rey, y ninguno de ellos ha quedado. 31
Entonces levantándose David, rasgó sus vestidos, y se echó en tierra, y todos
sus criados que estaban junto a él también rasgaron sus vestidos.
Lo cual lo anoto aquí
por cuanto recuerda al pasaje de Job 1. 18
Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: Tus hijos y tus hijas estaban
comiendo y bebiendo vino en casa de su hermano el primogénito; 19 y
un gran viento vino del lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la
casa, la cual cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para
darte la noticia.
No puedo imaginar el
dolor que debió sentir David al oír tal cosa (Debía tener un corazón muy
fuerte). Luego se le consoló diciendo que sólo había sido Amnón pero tampoco
puedo imaginar qué debió sentir pues si horrible es perder un hijo, más
desgarrador es el que otro hijo sea el autor de su muerte. Desgarrador porque
amor y aborrecimiento hacia el hijo asesino
batallan en un corazón herido por la muerte del hijo.
2 S 13. 38 Así huyó Absalón y se fue a
Gesur, y estuvo allá tres años. 39 Y el rey David deseaba ver a
Absalón; pues ya estaba consolado acerca de Amnón, que había muerto.
Joab intervino para
acercar padre e hijo y David consintió en el regreso de Absalón pero durante
dos años no le permitió verle. Me pregunto si porque, como todo padre, conoce,
por muy doloroso que le resulte, cómo es el fondo de su hijo
2 S 14. 33 Vino, pues, Joab al rey, y
se lo hizo saber. Entonces llamó a Absalón, el cual vino al rey, e inclinó su
rostro a tierra delante del rey; y el rey besó a Absalón
A tenor de cómo
continúa la historia en el corazón de David parece que sí hubo auténtica
reconciliación mas no en el de Absalón pues, en cuanto se sintió seguro, utilizó
astucias y engaños para ganarse al pueblo 6 De esta manera hacía
con todos los israelitas que venían al rey a juicio; y así robaba Absalón el
corazón de los de Israel, desvalorizar al rey y alzarse, cuatro años más
tarde, en rebelión abierta contra el rey, su padre.
2 S 15. 10 Entonces envió Absalón
mensajeros por todas las tribus de Israel, diciendo: Cuando oigáis el sonido de
la trompeta diréis: Absalón reina en Hebrón.
2 S 15. 13 Y un mensajero vino a
David, diciendo: El corazón de todo Israel se va tras Absalón. 14 Entonces
David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos y
huyamos, porque no podremos escapar delante de Absalón; daos prisa a partir, no
sea que apresurándose él
nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera
la ciudad a filo de espada. 16 El rey
entonces salió, con toda su familia en pos de él. Y dejó el rey diez mujeres
concubinas, para que guardasen la casa.
Habiendo salido de
Jerusalén 30 Y David subió la cuesta de los Olivos; y la subió
llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos.
Jesús llora frente a Jerusalén
Lc 19. 41 Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró
sobre ella, Pero los motivos son bien distintos: David llora por sí mismo,
Jesús llora por otros (por decirlo corto y rápido) tienen en común, quizás, el
rechazo: David sale rechazado y Jesús será rechazado.
En la narración de la
marcha de David encontramos unos que permanecen fieles y le acompañan como Itai y otros que le sirven como Abiatar, Sadoc y sus hijos que
lo harán permaneciendo en Jerusalén según deseo de David y que laborarán en la
sombra por su regreso. Papel determinante en la vuelta del rey lo tuvo Husai
arquita quien astutamente deshizo el poder de Ahitofel, el consejero de
Absalón.
En cambio otros se vuelven en su contra como Simei
2 S 16. 5 Y vino el rey David hasta
Bahurim; y he aquí salía uno de la familia de la casa de Saúl, el cual se
llamaba Simei hijo de Gera; y salía maldiciendo, 6 y arrojando
piedras contra David, y contra todos los siervos del rey David; y todo el
pueblo y todos los hombres valientes estaban a su derecha y a su izquierda.7
Y decía Simei, maldiciéndole: ¡Fuera, fuera, hombre sanguinario y
perverso! 8 Jehová te ha dado el pago de toda la sangre de la casa
de Saúl, en lugar del cual tú has reinado, y Jehová ha entregado el reino en
mano de tu hijo Absalón; y hete aquí sorprendido en tu maldad, porque eres
hombre sanguinario.
13 Y mientras David y los suyos
iban por el camino, Simei iba por el lado del monte delante de él, andando y
maldiciendo, y arrojando piedras delante de él, y esparciendo polvo.
9 Entonces Abisai hijo de Sarvia
dijo al rey: ¿Por qué maldice este perro muerto a mi señor el rey? Te ruego que
me dejes pasar, y le quitaré la cabeza. 10 Y el rey respondió: ¿Qué
tengo yo con vosotros, hijos de Sarvia?
Esta parte del
episodio recuerda una escena de Jesús con dos apóstoles también violentos
Lc 9. 54 Viendo esto sus discípulos
Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del
cielo, como hizo Elías, y los consuma? 55 Entonces volviéndose él,
los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois;
Lo que me parece que
cambia entre ambas escenas es que David parece que esté como deprimido, como
aceptándolo todo como un castigo merecido de parte de Jehová
2 S 16. 10 Si él así maldice, es
porque Jehová le ha dicho que maldiga a David. ¿Quién, pues, le dirá: ¿Por qué
lo haces así? 11 Y dijo David a Abisai y a todos sus siervos: He
aquí, mi hijo que ha salido de mis entrañas, acecha mi vida; ¿cuánto más ahora
un hijo de Benjamín? Dejadle que maldiga,
pues Jehová se lo ha dicho. 12 Quizá mirará Jehová mi aflicción,
y me dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy. Mientras que el motivo para la expresión de Jesús
es 56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las
almas de los hombres, sino para salvarlas
.
.
Haciendo un inciso en
la historia se podría decir que lo mismo sucede en la vida de cualquier persona
que cuando se abate sobre ella una circunstancia grave hace que quede en
evidencia quiénes son verdaderos amigos y quiénes sólo se guían por su egoísmo
interesado. También veo la similitud con la historia de Jesús en cuanto gentes
a las que había hecho bien le abandonaron a su suerte e incluso se le volvieron
en contra.
David estaba abatido y
cansado pero creo entender que la fidelidad y las muestras de afecto, de cuidado
para con él, que tuvo el pueblo que le apoyaba le fortalecieron lo suficiente
el ánimo como para aceptar batallar con Absalón y recuperar el reino. Da la
impresión que, por su estado de ánimo en esos momentos, se dejaba llevar por lo
que sus allegados decidían2 S 18. 3 Mas el pueblo dijo: No
saldrás; porque si nosotros huyéremos, no harán caso de nosotros; y aunque la
mitad de nosotros muera, no harán caso de nosotros; mas tú ahora vales tanto
como diez mil de nosotros. Será, pues, mejor que tú nos des ayuda desde la ciudad.
4 Entonces el rey les dijo:
Yo haré lo que bien os parezca. Y se puso el rey a la entrada de la puerta,
mientras salía todo el pueblo de ciento en ciento y de mil en mil.
Desde mi óptica es
bien comprensible que David internamente estuviera abatido y destrozado pues
ese batallar podía suponer la muerte de su querido hijo Absalón por lo cual
demanda 5 Y el rey mandó a Joab, a Abisai y a Itai, diciendo: Tratad benignamente por amor de mí al joven
Absalón. Y todo el pueblo oyó cuando dio el rey orden acerca de Absalón a
todos los capitanes.6 Salió, pues, el pueblo al campo contra Israel,
y se libró la batalla en el bosque de Efraín. 7 Y allí cayó el
pueblo de Israel delante de los siervos de David, y se hizo allí en aquel día
una gran matanza de veinte mil hombres.
9 Y se encontró Absalón con los
siervos de David; e iba Absalón sobre un mulo, y el mulo entró por debajo de
las ramas espesas de una gran encina, y se
le enredó la cabeza en la encina, y Absalón quedó suspendido entre el cielo y
la tierra; y el mulo en que iba pasó delante.
14 Y respondió Joab: No
malgastaré mi tiempo contigo. Y tomando tres dardos en su mano, los clavó en el
corazón de Absalón, quien estaba aún vivo en medio de la encina. 15
Y diez jóvenes escuderos de Joab rodearon e hirieron a Absalón, y acabaron de matarle.
Al conocer la muerte
de su hijo 2 S 18. 33 Entonces el rey se turbó, y subió a la sala
de la puerta, y lloró; y yendo, decía así: ¡Hijo
mío Absalón, hijo mío, hijo mío Absalón! ¡Quién me diera que muriera yo en
lugar de ti, Absalón, hijo mío, hijo mío!
2 S 19 1
Dieron aviso a Joab: He aquí el rey llora, y hace duelo por Absalón.2
Y se volvió aquel día la victoria en luto para todo el pueblo; porque oyó decir
el pueblo aquel día que el rey tenía dolor por su hijo.3 Y entró el
pueblo aquel día en la ciudad escondidamente, como suele entrar a escondidas el
pueblo avergonzado que ha huido de la batalla. 4 Mas el rey,
cubierto el rostro, clamaba en alta voz: ¡Hijo mío Absalón, Absalón, hijo mío,
hijo mío!
David estaba
totalmente hundido por el dolor sin ser capaz de responder convenientemente al
pueblo que había peleado por él por lo que Joab le habla crudamente para
hacerle reaccionar
5 Entonces Joab vino al rey en
la casa, y dijo: Hoy has avergonzado el rostro de todos tus siervos, que hoy
han librado tu vida, y la vida de tus hijos y de tus hijas, y la vida de tus
mujeres, y la vida de tus concubinas,
6 amando a los que te aborrecen,
y aborreciendo a los que te aman; porque hoy has declarado que nada te importan
tus príncipes y siervos; pues hoy me has hecho ver claramente que si Absalón
viviera, aunque todos nosotros estuviéramos muertos, entonces estarías
contento.7 Levántate pues, ahora, y ve afuera y habla bondadosamente
a tus siervos; porque juro por Jehová que si no sales, no quedará ni un hombre
contigo esta noche; y esto te será peor que todos los males que te han
sobrevenido desde tu juventud hasta ahora.
8 Entonces se levantó el rey y
se sentó a la puerta, y fue dado aviso a todo el pueblo, diciendo: He aquí el
rey está sentado a la puerta. Y vino todo el pueblo delante del rey; pero
Israel había huido, cada uno a su tienda.
Elspeth.2012
Citas de Reina Valera 1960
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