El Evangelio es uno; lo que llamamos “evangelios” son un conjunto de cuatro expresiones o
registros de un único Evangelio. En ningún momento se utiliza el plural. Jesús
habla de “evangelio”, no evangelios.
Por tanto
Pablo yerra al decir:
Ro 2.16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo
los secretos de los hombres, conforme a mi
evangelio.
No hay tal
evangelio de Pablo.
El Evangelio es de Dios pues Jesús dice:
Jn 15. 15 todas las cosas que oí de mi Padre, os las
he dado a conocer.
Jn 12.50 Y sé que su mandamiento es vida eterna. Así
pues, lo que yo hablo, lo hablo como el Padre me lo ha dicho.
Jesús fue
enviado a predicar el Evangelio de Dios y al marchar Él envía a los apóstoles,
término que significa entusiastas predicadores.
Jn 20. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a
vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío.
Mr 16.15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad
el evangelio a toda criatura.
Se equivocó
Pablo al atribuirse un evangelio y se equivocó también Marcos al decir:
Mr1.1Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.
¿Qué
importancia tienen estos errores?
Sólo anoto
ahora una breve reflexión puntual.
Respecto al
primero que muchas almas han creído y creen en “el evangelio de Pablo” sin
percatarse de errores (y algunos no pequeños) que hay en sus escritos, lo cual
les priva de conocer y entender en verdad el Evangelio de Dios traído por
Jesús. Por otra parte han creído y creen como evangelio cuestiones que sólo
eran opiniones de Pablo.
Como una
muestra muy conocida y clara de una opinión de Pablo que luego la Iglesia
convirtió en mandato es el tema del celibato sacerdotal o sobre el papel de la
mujer. Hay muchas otras y de mayor calado.
Me viene a la
mente, pensando en el seguimiento que han tenido y tienen los escritos paulinos a los que él llamó “mi
evangelio”, unas palabras de Jesús
Jn 5.43 Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me
recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis.
Respecto al
segundo, veamos
Imaginad que estáis
en deuda con alguien y que ese alguien os envía a otro para deciros que la
deuda os es perdonada. ¿A quién agradeceríais el perdón de la deuda? ¿Al
acreedor o al enviado?
Creo que en
justicia al acreedor, y al enviado agradeceríais el haber venido. Pues entonces
¿no sería lo mismo con Dios y Jesús?
Eso hicieron,
por ejemplo Simeón y Ana
Lc 2. 38 Esta, presentándose en la misma hora, daba
gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en
Jerusalén.
Y es
importante el tema porque conviene que
cumplamos toda justicia y porque
Jn 4. 23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los
verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también
el Padre tales adoradores busca que le adoren.
¿Acaso no
entra la gratitud en la adoración?
Citas de Reina Valera 1960
Elspeth 10-7-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario