Seguiré el discurso anotando
las reflexiones o asociaciones que me surjan con el ánimo de, si se me da,
entender un poco más de las ingentes maravillas que proporciona.
Jn
6. 27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la
comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará;
porque a éste señaló Dios el Padre.
Jn 17.3 Y esta es la vida
eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien
has enviado.
Todo aquello
que proporciona conocimiento y entendimiento de ambos supone comida para el
alma.
Jn
6. 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en
práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta
es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
Porque es a través de Jesús (imagen
del Dios invisible Col 1. 15) que podemos conocer y entender a Dios
Jn 14.9 El que me ha
visto a mí, ha visto al Padre
Jn 17.26 Y les he dado a
conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has
amado, esté en ellos, y yo en ellos.
Jn 15.15 os he llamado
amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
Por eso
también afirma en el versículo
Jn 6.47 De cierto, de cierto os digo: El
que cree en mí, tiene vida eterna.
Jn
6.30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que
veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres
comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a
comer. 32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os
dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo. 33 Porque el pan de Dios es
aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.
Puntualmente,
como libro, el pan que descendió del cielo sería el Apocalipsis
Ap 1. 1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio,
para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró
enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,
Nibaldo dice
que "da vida al mundo", desde la óptica de Apocalipsis como pan, se refiere al
mundo griego ya que es a quien se le entrega. Desde otra óptica Jesús dice:
Jn 12.47 Al que oye mis
palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al
mundo, sino a salvar al mundo. ¿Qué mundo?
Creo entender que puesto que comisiona a los apóstoles a hacer discípulos en
todas las naciones (Mt 28.19) y Él mismo ora por los que han de creer por la
palabra de ellos (Jn 17. 20) también da vida al mundo en general.
Como personaje, Jesús en cuanto
que su enseñanza y acción alimenta las
almas y Él mismo dice:
38 Porque he descendido del
cielo, (Jn 8. 23 Y les dijo:
Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no
soy de este mundo. Jn 6. 62
¿Pues qué, si viereis al Hijo del
Hombre subir adonde estaba primero?)
no
para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Jn 4. 34 Jesús les
dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Jn 8. 28 nada hago por mí
mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo
Jn 14. 31como el Padre me
mandó, así hago.
Jn
6.39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de
todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día
postrero.
Jn 17.7 Ahora han
conocido que todas las cosas que me has
dado, proceden de ti; 8 porque las palabras que me diste (Jn 17. 22 La gloria que me diste), les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que
salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
En ese “todo lo que me diere” que
resucitará en el día postrero creo entender, pues, que también están sus
palabras, sus enseñanzas, que por estos dos mil años han quedado como ocultadas
o desfiguradas por todas las tradiciones humanas que se le han superpuesto u
opuesto. (Mr 7. 13invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que
habéis transmitido.)
Mas en el
día postrero…
Je 31. 34 Y no enseñará
más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová;
porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande,
dice Jehová
Ap 21. 23 La ciudad no
tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios
la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
También le
dio hombres Jn 17. 6 He
manifestado tu nombre a los hombres que
del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Jn 17.12
Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me
diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición,
para que la Escritura se cumpliese.
Jn
6.40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que
ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día
postrero.
Jn 14. 9 El que me ha
visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? 10
¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os
hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él
hace las obras. 11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí;
Verle y
también creerle, tener fe, esto es,
confianza y voluntad para unirse a Ellos en el conocimiento y el amor.
Jn
6. 34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 35 Jesús
les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre;
y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
No tendrá hambre
ni sed de amor porque será amado Jn 14.23 Respondió Jesús
y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos
a él, y haremos morada con él.
Ni hambre ni
sed de conocimiento de Dios porque lo recibirá Os 6. 3 Y conoceremos, y proseguiremos en
conocer a Jehová
Ni hambre ni
sed de justicia porque reconocerá y aceptará agradecido la justicia de Dios,
esto es, el perdón. Is 51. 7 Oídme, los que conocéis
justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. Is
52.10 Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de
todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del
Dios nuestro. Mal 3. 16
los que temen a Jehová, y para los que
piensan en su nombre.17 Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová
de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre
que perdona a su hijo que le sirve.
Jn
6. 41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho:
Yo soy el pan que descendió del cielo. (Aunque Él
había dicho que era el pan de vida) 42 Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre
y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? 43 Jesús
respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44 Ninguno
puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en
el día postrero. 45 Escrito está en los profetas: Y serán
todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de
él, viene a mí.
Creo
entender que está recordando a los que le escuchaban (ya que ellos decían ser
el pueblo de Dios, los receptores de su Ley y sus palabras por medio de
profetas) lo que había sido profetizado y que en Él se daba cumplimiento. Si
ellos realmente oían al Padre en el Antiguo Testamento y aprendían le escucharían
a Él. Es un poco como lo que dijo en otra ocasión:
Jn 5. 39 Escudriñad las
Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y
ellas son las que dan testimonio de mí;
46 Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.
Jn
6. 46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de
Dios; éste ha visto al Padre.
Jn 8.42 Jesús entonces
les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de
Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me
envió.
Jn 7. 29 Pero yo le
conozco, porque de él procedo, y él me envió.
48 Yo soy el pan de vida.
49 Vuestros padres comieron el maná
en el desierto, y murieron.
Nm 14. 22 todos los que
vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me
han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, 23 no verán la
tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la
verá.
27 ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las
querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan?28 Diles: Vivo
yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con
vosotros.29 En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número
de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales
han murmurado contra mí.30 Vosotros a la verdad no entraréis en la
tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella;
exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun.
32 En cuanto a vosotros, vuestros
cuerpos caerán en este desierto. 5 Yo Jehová he hablado; así
haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí
morirán.
Creo
entender que Jesús les dice esto porque ellos están interesados, piensan, en la
vida del cuerpo, no la del alma y por lo mismo no han entendido a qué se
refiere Él al inicio de su discurso con “comida que a vida eterna permanece”. Sería
como decirles no estoy hablando de la vida corporal sino espiritual.
50 Este es el pan que desciende del
cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan
vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para
siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del
mundo.
54 El que come mi carne y bebe mi
sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera
comida, y mi sangre es verdadera bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi
sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente,
y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
58 Este es el pan que descendió del
cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de
este pan, vivirá eternamente.
Jesús sigue
hablando de la vida espiritual o del alma, no la corpórea; y aún lo aclara más
cuando dice
Jn 6. 63 El espíritu es
el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado
son espíritu y son vida.
Tampoco al
hablar de “carne” está hablando de cuerpo físico sino de “religión
institucionalizada”; esto lo entiende Pablo cuando utiliza “carne” en el mismo
sentido:
Fil 3. 4 Aunque yo tengo
también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar
en la carne, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del linaje de
Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley,
fariseo;
Ef 2. 11 Por tanto,
acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne,
erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la
carne.
Y dice que
para nada aprovecha esa carne porque el texto sagrado, la Palabra de Dios que
contenía, fue invalidada por la tradición
Mr 7. Mr 7. 7 Pues en
vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 8 Porque
dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los
lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas
semejantes. 9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de
Dios para guardar vuestra tradición.
13invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis
transmitido.
En
contraposición Jesús habla de su ”carne”, término simbólico al igual que pan y
que cómo hemos dicho sería en cuanto a libro el Apocalipsis, Libro del Cordero,
de la Revelación en la que se hace un recorrido por la Biblia y en el que se
unifica (no sé cómo expresarlo mejor) lo del Padre y del Hijo
Jn 16. 15 Todo lo que
tiene el Padre es mío. Jn
10.30 Yo y el Padre uno somos.
Ap 21. 23 La ciudad (la Revelación) no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la
gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
También
habla de su “sangre”
Lv 17.14 Porque la
vida de toda carne es su sangre
Ap 9.10 porque el
testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.
El
testimonio de Jesús, como libro, es el evangelio de Juan ya que leemos
Ap 1. 1 La revelación de Jesucristo, que Dios le dio,
para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró
enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, 2 que ha dado
testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de
todas las cosas que ha visto.
Ap 1.9 Yo Juan, vuestro
hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia
de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de
Dios y el testimonio de Jesucristo.
Juan Marcos
escribió dos evangelios el llamado Marcos y el llamado Juan, y por su
publicación estuvo preso. Del segundo, dice que es su propio testimonio del
Testimonio de Jesucristo es decir, en este evangelio queda recogido el
testimonio de Jesucristo, por ello al evangelio de Juan correspondería el “Yo
soy la Vid verdadera”, la Vid que transforma el agua en vino (ver doc
correspondiente).
Así como un
cuerpo físico vive porque la sangre lo recorre nutriéndole, así el testimonio de
Jesús subyace en Apocalipsis (digo subyace en el sentido de que así como la
sangre no se ve a simple vista tampoco es fácil seguirlo por Apocalipsis)
Hay que
preguntarse cuál es el Testimonio de Jesucristo del que testimonia Juan en su
evangelio y me viene a la mente la cita
Jn 18.37 Le dijo entonces
Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he
venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la
verdad, oye mi voz.
En el
evangelio de Juan se recogen los siete discursos, las siete señales, los siete
“Yo soy” que conforman un candelabro que
encontramos en Apocalipsis y que estaba prefigurado en el candelabro del
tabernáculo. Son discursos amplios, profundísimos, donde Jesús da a conocer
bastante directamente, como ningún otro
evangelio lo hace, pensamiento-doctrina, voluntad, naturaleza, relaciones… del
Padre.
Por otra
parte conducen los discursos, los Yo soy y las señales a otros seis libros
puntales de la Biblia.
Es en este
evangelio que Jesús declara que Dios es espíritu; donde promete la venida del
Espíritu de verdad. Son muchas cosas lo que hacen que este evangelio sea
nuclear, entre ellas y como muy importante es el que, versando
predominantemente sobre la Semana Santa, recoge que de Jesús manó, en la cruz,
sangre y agua. Esto es muy importante a nivel simbólico por cuanto confirma los
tres bautismos: el de Moisés, el del Bautista y el de Jesús (beber su sangre).
Creo entender que los bautismos son como nacimientos a tres etapas en gradación de cercanía a Dios, lo cual
expresado de otra forma es como decir tres intensidades de vida en, para,
con Dios.
Volviendo al
hilo del presente escrito leer entendiendo el evangelio de Juan vendría a ser beber del Testimonio que Jesús hace sobre Su Padre con lo cual, al
compartírnoslo, está dándonos participar de
su Vida. Leer el Apocalipsis entendiendo sería como decir que uno come del Cuerpo del Cordero, porque en
él está, por su recorrido por las Escrituras, Su Acción.
Dicho de
otro modo y resumido
Si 54 El que come
mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y esta es Jn 17.3 Y esta es la
vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a
quien has enviado.
entonces el
que incorpora a sí el amor manifestado de Jesús por Su Padre (bebe de Su
Testimonio) llegará a comprender algo su MENTE revelada en el Apocalipsis.
Elspeth. Marzo 2013
Todas las citas pertenecen a Reina Valera 1960
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