martes, 29 de julio de 2014

Jesús, el pan de vida


Seguiré el discurso anotando las reflexiones o asociaciones que me surjan con el ánimo de, si se me da, entender un poco más de las ingentes maravillas que proporciona.

Jn 6. 27 Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.
Jn 17.3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
Todo aquello que proporciona conocimiento y entendimiento de ambos supone comida para el alma.

Jn 6. 28 Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios? 29 Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.
Porque  es a través de Jesús (imagen del Dios invisible Col 1. 15) que podemos conocer y entender a Dios
Jn 14.9 El que me ha visto a mí, ha visto al Padre
Jn 17.26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
Jn 15.15 os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer.
Por eso también afirma en el versículo Jn 6.47 De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.  
 
 Jn 6.30 Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer. 32 Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.  33 Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. 

Puntualmente, como libro, el pan que descendió del cielo sería el Apocalipsis
Ap 1. 1  La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,
Nibaldo dice que "da vida al mundo", desde la óptica de Apocalipsis como pan, se refiere al mundo griego ya que es a quien se le entrega. Desde otra óptica Jesús dice:
Jn 12.47 Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. ¿Qué mundo? Creo entender que puesto que comisiona a los apóstoles a hacer discípulos en todas las naciones (Mt 28.19) y Él mismo ora por los que han de creer por la palabra de ellos (Jn 17. 20) también da vida al mundo en general.

  
Como personaje, Jesús en cuanto que  su enseñanza y acción alimenta las almas y Él mismo dice:
38 Porque he descendido del cielo, (Jn 8. 23 Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Jn 6. 62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?)  
no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. 
Jn 4.  34 Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
Jn 8. 28 nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo
Jn 14. 31como el Padre me mandó, así hago.

Jn 6.39 Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
Jn 17.7 Ahora han conocido que todas las cosas que me has dado, proceden de ti; 8 porque las palabras que me diste (Jn 17. 22 La gloria que me diste), les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste.
En ese “todo lo que me diere” que resucitará en el día postrero creo entender, pues, que también están sus palabras, sus enseñanzas, que por estos dos mil años han quedado como ocultadas o desfiguradas por todas las tradiciones humanas que se le han superpuesto u opuesto. (Mr 7. 13invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido.)
Mas en el día postrero…
Je 31. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová
Ap 21. 23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.


También le dio hombres Jn 17. 6 He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; tuyos eran, y me los diste, y han guardado tu palabra. Jn 17.12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.

Jn 6.40 Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
Jn 14. 9 El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? 10 ¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras. 11 Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí;
Verle y también  creerle, tener fe, esto es, confianza y voluntad para unirse a Ellos en el conocimiento y el amor.

Jn 6. 34 Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. 35 Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
No tendrá hambre ni sed de amor porque será amado Jn 14.23 Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.
Ni hambre ni sed de conocimiento de Dios porque lo recibirá Os 6. 3 Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová
Ni hambre ni sed de justicia porque reconocerá y aceptará agradecido la justicia de Dios, esto es, el perdón. Is 51. 7 Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está mi ley. Is 52.10 Jehová desnudó su santo brazo ante los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra verán la salvación del Dios nuestro. Mal 3. 16 los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre.17 Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.

Jn 6. 41 Murmuraban entonces de él los judíos, porque había dicho: Yo soy el pan que descendió del cielo. (Aunque Él había dicho que era el pan de vida)  42 Y decían: ¿No es éste Jesús, el hijo de José, cuyo padre y madre nosotros conocemos? ¿Cómo, pues, dice éste: Del cielo he descendido? 43 Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros. 44 Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero. 45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.
Creo entender que está recordando a los que le escuchaban (ya que ellos decían ser el pueblo de Dios, los receptores de su Ley y sus palabras por medio de profetas) lo que había sido profetizado y que en Él se daba cumplimiento. Si ellos realmente oían al Padre en el Antiguo Testamento y aprendían le escucharían a Él. Es un poco como lo que dijo en otra ocasión:
 Jn 5. 39 Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;
46 Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.

Jn 6. 46 No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; éste ha visto al Padre.
Jn 8.42 Jesús entonces les dijo: Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais; porque yo de Dios he salido, y he venido; pues no he venido de mí mismo, sino que él me envió.
Jn 7. 29 Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió.


48 Yo soy el pan de vida.
49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.
Nm 14. 22 todos los que vieron mi gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado ya diez veces, y no han oído mi voz, 23 no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá.
27 ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan?28 Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros.29 En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí.30 Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun.
32 En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. 5 Yo Jehová he hablado; así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí; en este desierto serán consumidos, y ahí morirán.

Creo entender que Jesús les dice esto porque ellos están interesados, piensan, en la vida del cuerpo, no la del alma y por lo mismo no han entendido a qué se refiere Él al inicio de su discurso con “comida que a vida eterna permanece”. Sería como decirles no estoy hablando de la vida corporal sino espiritual.
50 Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera. 51 Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
56 El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. 57 Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.
58 Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.

Jesús sigue hablando de la vida espiritual o del alma, no la corpórea; y aún lo aclara más cuando dice
Jn 6. 63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Tampoco al hablar de “carne” está hablando de cuerpo físico sino de “religión institucionalizada”; esto lo entiende Pablo cuando utiliza “carne” en el mismo sentido:
Fil 3. 4 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: 5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
Ef 2. 11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.
Y dice que para nada aprovecha esa carne porque el texto sagrado, la Palabra de Dios que contenía, fue invalidada por la tradición
Mr 7. Mr 7. 7 Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. 8 Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes. 9 Les decía también: Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición.
13invalidando la palabra de Dios con vuestra tradición que habéis transmitido.

En contraposición Jesús habla de su ”carne”, término simbólico al igual que pan y que cómo hemos dicho sería en cuanto a libro el Apocalipsis, Libro del Cordero, de la Revelación en la que se hace un recorrido por la Biblia y en el que se unifica (no sé cómo expresarlo mejor) lo del Padre y del Hijo
Jn 16. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío.               Jn 10.30 Yo y el Padre uno somos.
Ap 21. 23 La ciudad (la Revelación) no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.

También habla de su “sangre”
Lv 17.14 Porque la vida de toda carne es su sangre
Ap 9.10 porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.

El testimonio de Jesús, como libro, es el evangelio de Juan  ya que leemos
Ap 1. 1  La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, 2 que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.
Ap 1.9 Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.

Juan Marcos escribió dos evangelios el llamado Marcos y el llamado Juan, y por su publicación estuvo preso. Del segundo, dice que es su propio testimonio del Testimonio de Jesucristo es decir, en este evangelio queda recogido el testimonio de Jesucristo, por ello al evangelio de Juan correspondería el “Yo soy la Vid verdadera”, la Vid que transforma el agua en vino (ver doc correspondiente).
Así como un cuerpo físico vive porque la sangre lo recorre nutriéndole, así el testimonio de Jesús subyace en Apocalipsis (digo subyace en el sentido de que así como la sangre no se ve a simple vista tampoco es fácil seguirlo por Apocalipsis)

Hay que preguntarse cuál es el Testimonio de Jesucristo del que testimonia Juan en su evangelio y me viene a la mente la cita
Jn 18.37 Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.

En el evangelio de Juan se recogen los siete discursos, las siete señales, los siete “Yo soy”  que conforman un candelabro que encontramos en Apocalipsis y que estaba prefigurado en el candelabro del tabernáculo. Son discursos amplios, profundísimos, donde Jesús da a conocer bastante directamente, como  ningún otro evangelio lo hace, pensamiento-doctrina, voluntad, naturaleza, relaciones… del Padre.
Por otra parte conducen los discursos, los Yo soy y las señales a otros seis libros puntales de la Biblia.
Es en este evangelio que Jesús declara que Dios es espíritu; donde promete la venida del Espíritu de verdad. Son muchas cosas lo que hacen que este evangelio sea nuclear, entre ellas y como muy importante es el que, versando predominantemente sobre la Semana Santa, recoge que de Jesús manó, en la cruz, sangre y agua. Esto es muy importante a nivel simbólico por cuanto confirma los tres bautismos: el de Moisés, el del Bautista y el de Jesús (beber su sangre). Creo entender que los bautismos son como nacimientos a tres etapas en  gradación de cercanía a Dios, lo cual expresado de otra forma es como decir tres intensidades de vida en, para, con  Dios.

Volviendo al hilo del presente escrito leer entendiendo el evangelio de Juan vendría a ser beber del Testimonio que Jesús hace  sobre Su Padre con lo cual, al compartírnoslo, está dándonos participar de  su Vida. Leer el Apocalipsis entendiendo sería como decir que uno come del Cuerpo del Cordero, porque en él está, por su recorrido por las Escrituras, Su Acción.

Dicho de otro modo y resumido
Si 54 El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y esta es Jn 17.3 Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.
entonces el que incorpora a sí el amor manifestado de Jesús por Su Padre (bebe de Su Testimonio) llegará a comprender algo su MENTE revelada en el Apocalipsis.



 Elspeth. Marzo 2013
Todas las citas pertenecen a Reina Valera 1960

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