Jesús busca y encuentra candidatos
Mt 20:1 [Los obreros de la viña]
Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para
su viña.
Lc 6. 13
Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los
cuales también llamó apóstoles
Mt 20. 2 Y habiendo convenido con los
obreros en un denario al día, los envió a su viña.3 Saliendo cerca
de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; 4
y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos
fueron.5 Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo
mismo.6 Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que
estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?7
Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también
vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo.8 Cuando llegó la
noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales
el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.9 Y al
venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un
denario.10 Al venir también los primeros, pensaron que habían de
recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario.
Jesús “contrató” a
los apóstoles y a todos “pagó” lo mismo en la Última Cena independientemente de
si fueron primeros o últimos en ser contratados. Si el reino de sacerdotes debe
asemejarse a Él a aquellos a quienes “contrata” para trabajar en el reino, sea
cual sea la tarea asignada, debería darles el mismo pago, entendiéndolo aquí
como darles conocimiento de Dios
Mt 20. 11 Y al recibirlo, murmuraban contra el padre
de familia, 12 diciendo: Estos postreros han trabajado una sola
hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día.13 Él,
respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste
conmigo en un denario? 14 Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar
a este postrero, como a ti. 15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero
con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?16 Así, los
primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados,
mas pocos escogidos.
La envidia
envenena corazones y almas minando el respeto al “padre de familia” y pasan a
juzgarlo. Mirándolo desde esa óptica si los obreros hubieran estimado realmente
al padre y a la obra hubieran estado felices de que el trabajo hubiera sido hecho y se hubieran alegrado de que gracias a ser
contratados otros a última hora pudo acabarse. De haber tenido un corazón
semejante al padre se hubieran también alegrado de que otros hubieran entrado a
obrar por el bien familiar.
Para ser semejante
a este padre de familia el reino de los sacerdotes, que se hacen llamar
“padres”, deben asemejarse a Él en salir a buscar obreros, vigilar la
marcha de la obra por si hace falta más y a todos los que trabajen por la
consecución de la obra darles el mismo conocimiento de Dios.
Elspeth. Septiembre 2012
Citas de Reina Valera 1960
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