-doctrina
engañosa, profecía mentirosa
Sal 58. 3 Se
apartaron los impíos desde la matriz; Se descarriaron hablando mentira
desde que nacieron. 4 Veneno tienen como veneno de serpiente; Son
como el áspid sordo que cierra su oído,
Je 23. 13 En los profetas de Samaria he
visto desatinos; profetizaban en nombre de Baal, e hicieron errar a mi
pueblo de Israel. 14 Y en los profetas de Jerusalén he visto torpezas;
cometían adulterios, y andaban en mentiras, y fortalecían las manos
de los malos, para que ninguno se convirtiese de su maldad
16 Así ha
dicho Jehová de los ejércitos: No escuchéis las palabras de los profetas que os
profetizan; os alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio
corazón, no de la boca de Jehová.
32 He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los
que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi
pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y
ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.
Pienso
que las siguientes citas podrían aplicarse tanto al ámbito puramente espiritual
como a otros de la vida humana: intelectual, social, afectiva, política…
Ro 3. 13 Sepulcro
abierto es su garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay
debajo de sus labios
Sal
140.1 Líbrame, oh Jehová, del hombre malo; Guárdame de hombres violentos, 2 Los cuales maquinan males
en el corazón, Cada día urden contiendas. 3 Aguzaron
su lengua como la serpiente; Veneno de áspid hay
debajo de sus labios.
Mr
7. 21 Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los
malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, 22 los
hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la
maledicencia, la soberbia, la insensatez. 23 Todas estas
maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.
--Hay un versículo en que se utiliza el
término “veneno” (Hemah) en
un sentido diferente y parece referirse al ardor que provoca la comunicación de
Dios en el que la recibe
Job
6.4 Porque las saetas del Todopoderoso están en mí, Cuyo veneno bebe mi espíritu;
Y terrores de Dios me combaten.
Lo cual me recuerda a lo expresado por el
profeta Jeremías cuando escribe:
Je 20. 9
Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante,
había en mi corazón como un fuego
ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.
Citas de Reina Valera 1960
Elspeth
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