2 Re 4. 38 Eliseo
volvió a Gilgal cuando había una grande hambre en la tierra.
Hambre de oír palabra de Dios
Y los hijos de los profetas
estaban con él, por lo que dijo a su criado: Pon una olla grande, y haz potaje
para los hijos de los profetas.
Es en la escuela de profetas donde se da el episodio y habla de la
olla-profecía.
No dice que sea el mismo
criado sino “uno “el que se salió de
la escuela a buscar algún condimento para el guiso. ¿Buscaría nuevas enseñanzas
proféticas que dieran otro “sabor” a las provisiones de la Escuela?
y halló una como parra montés, y de ella llenó su falda de calabazas
silvestres; y volvió, y las cortó en la olla del potaje, pues no sabía lo que
era.
Le faltó discernimiento para distinguir lo verdadero de lo falso pues
parece que confundió la especie, tomó coloquinta. En esta línea de lectura cabría pensar
que la “parra montés” sería un falso profeta de cuyas palabras tomó y llevó a
la escuela de profetas de Eliseo.
40 Después
sirvió para que comieran los hombres; pero sucedió que comiendo ellos de aquel
guisado, gritaron diciendo: ¡Varón de Dios, hay muerte en esa olla! Y no lo
pudieron comer.
La amargura de lo que parece profecía y no lo es, de lo que parece
bueno y es malo.
41 El entonces
dijo: Traed harina. Y la esparció en la olla, y dijo: Da de comer a la gente. Y
no hubo más mal en la olla.
Como el pan blanco es un astringente frente al poder purgante de la
coloquinta, así la “harina” (palabra recibida supuestamente de Dios cribada,
descascarillada, aventada para quitar impurezas, molida) contrarresta la
mentira, la verdad vence a la mentira, la profecía veraz a la falsa.
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Je 23. 31 Dice Jehová: He aquí que yo estoy contra los
profetas que endulzan sus lenguas y dicen: El ha dicho. 32 He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que
profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus
mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho
hicieron a este pueblo, dice Jehová.
Citas de Reina Valera 1960
Elspeth
Muy bonita palabra la cual tenia muchas dudas de la interpretacion por lo cual ya entendi Dios los bendiga
ResponderEliminarMuchas gracias por el significado de la palabra de Dios yo pensé que la planta Parra Montes era venenosa y no se podía comer.
ResponderEliminarGracias a Dios que lis puso ,yo acabo de leer el texto y quede con dudas y hablé a Dios que no entendía y entre en google para saber sobre la planta pensando que tal vez así entendería y ahí los encontré
ResponderEliminarAlabo a Dios porque siempre escucha y no nos deja sin respuestas
Sigo aun sin entender
ResponderEliminarDisculpe mi tardanza en publicar su comentario. Por motivos personales no había entrado hasta ahora al blog.
EliminarImagino que cuando dice "Sigo sin entender" no se debe referir a entender el episodio como una narración de unos hechos físicos, tangibles, sino mas bien al tipo de lectura interpretativa que plasmo en la entrada.
Cuando uno lee episodios en la Biblia lo puede hacer con distintas "gafas de lectura". Se puede leer literalmente como narraciones, historias de hechos acontecidos en el puro ámbito material o puede leerlo buscando enseñanzas espirituales. Este último sentido es el que elegí para releer este episodio.
No sé si ayudará a entender, pero se me ocurre que quizás tomando el episodio como una parábola con un símbolo(la olla)pueda facilitar el leerlo en un sentido más espiritual, ya que en una parábola la historieta que se cuenta va más allá de sí misma y encierra enseñanzas. En este caso al leer desde esas "gafas" se pueden extraer más enseñanzas que alimenten el alma.
Ignoro si esta reflexión que le comparto le pueda servir. Si no es así y desea alguna otra cosa ya me dice.
La palabra de Dios nunca vuelve vacía.
ResponderEliminarPidámosle al Espíritu Santo sabiduría de lo alto no solo para entender, sino para transmitirla. Gloria a Dios
Claramente el texto habla de hambruna en aquella época, no de un falso profeta o enseñanza y esto se puede confirmar con la lectura del versículo 42 y 43.
ResponderEliminarSi, así es. Como le he intentado explicar a Adolfo en la entrada plasmo la relectura que hice desde una óptica más allá del episodio material partiendo de hambre espiritual, que no material. El hambre espiritual es hambre de la Palabra de Dios y ¿Quiénes la transmitían? Los profetas. Desde ese punto salió lo que les compartí.
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