jueves, 22 de mayo de 2014

Castigo, culpa y responsabilidad (I)



Pienso  que la culpa y el castigo son una pareja que en el fondo es una huida de la responsabilidad. La responsabilidad la entiendo como aceptar que uno, voluntaria o involuntariamente, actúa o se manifiesta, de una forma que inevitablemente tiene unas consecuencias y las asume.

Todo, absolutamente todo, tiene consecuencias incluido el no hacer. Por ejemplo la sola presencia  de alguien, aunque no diga ni haga nada, interactúa con  el resto. Todo es un complejísimo y maravilloso tejido, de ahí que la colocación, el color, la textura de cada hilo, de cada hebra, traiga consecuencias respecto a cómo queda el tejido.

El hombre creo que aún no ha asumido esta interconexión básica y fundamental  a ningún nivel: ni en el plano individual, ni social, y mucho menos en lo más intangible (ya que está muy pegado a lo sensorial).
Por otra parte tampoco el hombre se conoce demasiado a sí mismo, y no me refiero  sólo en plano individual sino en general; baste pensar cuánto desconoce  del plano emocional, de las interacciones entre emociones, de su manejo, de su imbricación con el plano de lo mental…ni tampoco conoce demasiado del plano inconsciente (la mayoría ni se lo plantea), ni cómo con frecuencia dirige, influye en el actuar consciente y aún menos como se relacionan los inconscientes individuales.
Estas ignorancias también tienen consecuencias y me parece que el surgimiento de la culpa y su pareja, el castigo es una de ellas.

No es lo mismo saberse y aceptarse responsable que  sentirse culpable.  Saberse y aceptarse como responsable de algo es asumir quién y cómo es uno  en ese punto de su existencia
¿Qué significa esto? Que uno tiene la suficiente humildad para reconocer sus imperfecciones, sus ignorancias, sus carencias…o cuando menos, si no las conoce (por tanto no puede reconocerlas) aceptar que seguro que las tiene y estar dispuesto a aplicarse a conocerlas para cambiar. Dicho en  corto y rápido sería como decir: he hecho o no he hecho según he sabido o podido hacer o no hacer  en este momento o situación pero ¿qué puedo aprender de esto?

Sentirse culpable es otra cosa porque…la misma expresión lo dice: sentirse. Ahí se da un desequilibrio entre el plano emocional y el mental. En el sentirse culpable hay unas fuerzas del inconsciente, hay una emociones  con frecuencia no controladas, hay un malestar, un tipo de sufrimiento que hace que uno quiera huir de él ya sea con negación de lo acontecido, buscando otros “culpables”,  lamentándose y pidiendo perdón para rápidamente olvidar sin plantearse nada más…


De alguna forma sentirse culpable ya es un castigo involuntario auto-infligido  pero no suele ser suficiente  para la persona la cual unas veces se auto-castiga  inconscientemente en  ámbitos distintos  al que sucedió la acción de la que se sintió culpable y otras buscando castigos venidos de otras personas o instancias.   

¿Por qué la culpa busca el castigo? Porque es como que así restablece un equilibrio, como que paga lo que debe y puede continuar igual.
Es muy típico observar que la persona que se ha sentido culpable y ha sido “castigada” (sea auto o por otros)  repita los mismos errores, vuelva a actuar como ya lo hizo y esto es así porque nada aprendió en el círculo culpa-castigo. Pienso que sólo desarrollando el sentido de responsabilidad se puede romper ese círculo vicioso.

Elspeth. Abril 2013
Todas las citas corresponden a Reina Valera 1960

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