Hasta ahora he hablado de los judíos en torno al tema de castigo, culpabilidad y
responsabilidad pero ahora pienso en los cristianos (al menos en los que más
conozco por mi infancia católico-romana) y lo que veo es que su posición en
estos dos mil años es similar a la judía, lo cual no es extraño porque al fin y
al cabo tomaron la herencia mosaica: siguieron con los templos, montaron a través de los siglos una “Tradición” a la
que ponen en igualdad de condiciones con las Escrituras como base de su fe
católica, mantuvieron una estructura sacerdotal superjerarquizada, ritos,
cultos…
Con su comprensión de ”pecado” y de “pecado original” cargaron a las gentes con
unos lastres, con unos miedos, con unas
formas de “religiosidad” que los esclavizaron por siglos alejándolos de la
verdadera espiritualidad (en el Concilio Vaticano II -1962-1965- se levantó
oficialmente la prohibición de que los laicos leyeran la Biblia) . Durante mucho tiempo fomentaron
el sentimiento de culpa respecto a la muerte de Cristo, aterrorizaron a miles y
miles de almas con las imágenes de un infierno horrible y eterno, se
enseñorearon de las almas mezclándolo todo ello con frecuencia con obtener poder
y riquezas…
y a medida que pasaron los siglos y el Pensamiento humano se
desarrolló se fueron rechazando todos esos montajes. Unos abiertamente
surgiendo un claro autodenominado ateísmo; otros montando “sectas” que les
hacían sentirse protegidos de un Dios terrible, vengativo y castigador; otros
huyeron hacia una suerte de panteísmo y otros simplemente a un agnosticismo
intentando la indiferencia. Hablo de mis impresiones, claro está, y una de
ellas es que se sigue sin conocer y
entender a Dios, lo cual es comprensible, pero me refiero a que no se está siguiendo un buen camino para llegar a
ello. Por eso creo que también los
cristianos necesitan que se cumpla lo que dice Apocalipsis 10. 11 Y él me dijo: Es necesario que
profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.
Profecía como revelación, como explicarles,
mostrarles lo que no entendieron, lo que malinterpretaron o lo que no quisieron
o pudieron en su momento escuchar.
El mundo como planeta está, eso pienso, en unos
momentos que se aproximan a su momento crítico. Hay mucho dolor y sufrimiento
en las gentes y el equilibrio mismo de la biosfera es muy frágil. Si no crece
el sentido de responsabilidad en cada uno de nosotros y seguimos echando las
culpas a otros; si seguimos sin reconocer nuestros “pecados”: egoísmos,
ignorancias, codicias, avaricias, materialismo a ultranza, ambición de poder,
de riquezas, de fama…si seguimos yendo en contra de las leyes universales del amor
haremos que las colectividades en que estemos inmersos tengan el mismo sello, y
el sufrimiento, la violencia, el hambre y toda una serie de calamidades
sobrevendrán. No será un castigo divino, serán las consecuencias de nuestras
elecciones individuales y colectivas.
Es necesario, vital, que el hombre en su conjunto empiece
ya a buscar realmente a Dios, no a su propio bienestar, su propio interés, su
propio refugio contra miedos, o su propio canal de agresividad…Hemos estado
utilizando su nombre, la idea de Dios, según nuestra propia conveniencia, pero
Él por Él mismo ¿a quién le ha importado?
Unos, atenazados por los miedos, se
han mostrado dóciles a cualquier doctrina que se los calmara tomando como
medida de la Verdad si les calmaba o no. Otros, o bien rebotados ante los
anteriores o bien engreídos por un humanismo mal entendido, han querido
prescindir de Dios. Aún otros más han hecho un Dios a su medida dada por la ira
que acumulaban y otro gran grupo ha diluido la idea de Dios en una suerte de
nebulosa energía.
Quizás la Humanidad en su conjunto aún no ha apurado
la copa del vacío existencial, del sinsentido, de la autodestrucción. He oído a
veces una frase que dice más o menos que hasta que uno no toca fondo no empieza
a remontar, quizás esto mismo pase con la Humanidad y en algún momento recuerde, como el hijo pródigo,
que puede tener un Padre donde todas esas calamidades, esa hambre, se
desvanezcan y decida como él encaminarse de vuelta a casa. Será entonces cuando
pueda reconocer Su Talante Perdonador y su Gran Amor.
No deseo otra cosa y ese deseo motivó estas reflexiones.
Elspeth. Abril 2013.
Citas deReina Valera 1960
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