¿Qué papel tuvo la falta de humildad y de confianza en
las caídas y recaídas del pueblo escogido?
El pueblo fue escogido para algo
Lv 20.26 Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová
soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos.
Ex 8. 20 Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva.
Dt 4. 10 El día que estuviste delante de
Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales
aprenderán, para temerme (respeto)
todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos
En principio, con Moisés, le iban a servir como
depositarios de la Sabiduría de Dios y la primera lección era el respeto
Sal 111.10 El principio de la sabiduría es el temor de
Jehová
Las relaciones Dios-pueblo eran en principio, pues,
de Señor y servidor pero ya desde muy al
principio dieron muestras de que no tenían suficiente humildad y confianza. Ya
mientras Moisés estaba en el monte desconfiaron y volvieron a confiar en las
materialidades, en las riquezas (episodio becerro de oro), en los ídolos que
habían conocido en Egipto (bueyes).
Por lo cual dice
Ex 32. 9 Dijo más Jehová a Moisés: Yo he visto a este
pueblo, que por cierto es pueblo de dura
cerviz.
Y su falta de humildad y confianza les llevaba a ser
exigentes quejándose todo el tiempo de las adversidades por lo que se lee Nm 14. 22 todos los que vieron mi
gloria y mis señales que he hecho en Egipto y en el desierto, y me han tentado
ya diez veces, y no han oído mi voz,
Con todo Él no los desechó y siguió cuidándolos y
proveyéndolos con ingente paciencia.
Llegó el tiempo de los jueces y con Samuel quisieron
pasar de la teocracia a la monarquía llevados por la influencia de lo que veían
en otros pueblos, es decir, inconscientemente rehuían ser “santos” (apartados)
para Dios
1 S 8. 4 Entonces todos los ancianos de Israel se juntaron,
y vinieron a Ramá para ver a Samuel,
5 y le dijeron: He aquí tú has envejecido, y tus hijos no andan en tus
caminos; por tanto, constitúyenos ahora
un rey que nos juzgue, como tienen todas las naciones.
Por lo que leemos
7 Y dijo Jehová a Samuel: Oye la voz del pueblo en todo lo que te
digan; porque no te han desechado a ti, sino a mí me han desechado, para que no reine sobre ellos. 8
Conforme a todas las obras que han hecho desde el día que los saqué de Egipto
hasta hoy, dejándome a mí y sirviendo a dioses ajenos, así hacen también
contigo.
Hay aquí una inflexión (período de Saúl) como si
Dios, viendo que el pueblo en masa no es capaz de encaminarse en bien y que reclaman
un rey terrenal, se provee de uno porque mira su corazón y con él hace un pacto
individual (2 S 7; Sal 89)
David cae pecando contra varios mandamientos pero
sigue confiando en Dios creyendo que será redimido Job 19.25 Yo sé que mi Redentor vive, y también su
descendencia por lo que dice en el salmo 89
28 Para siempre le
conservaré mi misericordia, Y mi pacto será firme con él.
29 Pondré su descendencia para siempre, Y su trono como los días de los
cielos.
30 Si dejaren sus hijos mi ley, Y no anduvieren en mis juicios,
31 Si profanaren mis estatutos, Y no guardaren mis mandamientos,
32 Entonces castigaré con vara su rebelión, Y con azotes sus iniquidades.
33 Mas no quitaré de él mi misericordia, Ni falsearé mi verdad.
34 No olvidaré mi pacto, Ni mudaré lo que ha salido de mis labios.
35 Una vez he jurado por mi santidad, Y no mentiré a David.
36 Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de
mí
Ello será andando el tiempo aunque David y sus
sucesores lo malinterpretaron pensando que Salomón sería el que edificaba casa
a Dios ya que no entendieron, tanto
David como Salomón, que casa de Dios era familia, no un templo, lo cual trajo
multitud de consecuencias.
En realidad vuelvo al planteamiento inicial: las
ignorancias traen muchas consecuencias sobre todo cuando no son reconocidas y
se suplen con imaginaciones, invenciones propias, que conllevan actuaciones
erradas y por tanto dañinas que se cronifican y prolongan en el tiempo,
afectando, como en este caso, a millones de seres
Je 4.22 Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son
hijos ignorantes y no son entendidos; sabios para hacer el mal, pero hacer el
bien no supieron.
Je 5.31 los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes
dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso.
Os 11.7 Entre tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión
contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer.
En una espiral de alejamiento de Dios con algunos
paréntesis el pueblo judío, mimetizado o inmerso en el mismo devenir de todos
los otros pueblos de la tierra, es invadido y llevado al exilio por 70 años, lo
cual es tomado como un castigo de Dios y no como una consecuencia de sus
actitudes básicas, de los valores y prioridades en los que se ha sumergido. Dirigentes en el exilio maduran
y consiguen regresar y por un tiempo continúan fieles pero la copa se va
llenando, la soberbia de los dirigentes religioso-políticos se crece y cuando
llegan los dos designados prometidos Juan Bautista y Jesús) no son reconocidos y, por salvo un reducido grupo de judíos, no son ni escuchados y menos aún seguidos.
En el año 70 Jerusalén es arrasada, el templo
destruido y el grueso del pueblo israelita exiliado, esparcido entre las
naciones. Este “esparciré entre las naciones” que aparece en Levítico como
consecuencia de la desobediencia es retomado por diversos profetas poniendo
como autor del esparcimiento a Jehová
por lo tanto reforzando la idea de castigo. Por otra parte este mismo sentido
se arraigó durante siglos en el pueblo cristiano culpando a los judíos de la
muerte de Cristo, lo cual, a su vez, generó una reacción en ellos de más
alejamiento.
Pienso si la autoimagen del pueblo judío como pueblo
elegido por Dios entre todos los pueblos
no se contaminó muy pronto de soberbia al no comprender que habían sido
elegidos para servir, no para enseñorearse con poderío. Me viene a la mente el
señalamiento de Jesús:
Mt 20. 25 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los
gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes
ejercen sobre ellas potestad. 26 Mas entre vosotros no será así,
sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor,
Señalamiento que, si bien se lo dice a los
apóstoles, pienso es aplicable en general a quienes quieren servir a Dios. El pueblo
judío había sido elegido para servir a Dios en su Plan de darse a conocer al
mundo, pero me temo que ellos se decantaron progresivamente hacia una suerte de
sentimiento nacionalista pensando que por ser depositarios de la palabra de Dios
tenían que ser, o esperaban ser, los más de los más en la Tierra en el plano
material.
Por otra parte otro señalamiento de Jesús pienso que
da otra clave:
Mt 6. 24 No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Y bueno…sabido es que desde muy al inicio las
riquezas les atrajeron poderosamente. Baste recordar el episodio simbólico del becerro
de oro. La tendencia continuó, convirtiendo al templo que ellos consideraban
sagrado en un pingüe negocio.
Ambos temas, poder y dinero, pienso que son claves
para que analicen qué pasó con ellos a lo largo de la historia y quizás
entonces puedan asumir la responsabilidad de sus elecciones y sus consecuencias
y dejen de esconderse tras un fabulado Dios castigador y tirano.
Ellos volvieron a su tierra en el siglo XX como ya
estaba profetizado en diversos lugares de la Biblia Je 16. 15 y los volveré a su tierra, la cual di a sus
padres. Pero no han cambiado aún su mentalidad y su corazón porque falta
que entre en ellos el espíritu Ez 37.8
Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne subió, y la piel
cubrió por encima de ellos; pero no había en ellos espíritu.
Y ¿Cómo va a producirse eso?
Ez 37. 9 Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo
de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los
cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán.
Los cuatro vientos…los cuatro evangelios. Han de
conocer, entender e incorporar el Espíritu que está en los cuatro evangelios.
Elspeth. abril 2013
Todas las citas corresponden a Reina Valera 1960
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