Jn 18.
12 Entonces la compañía de soldados, el tribuno y los alguaciles de los
judíos, prendieron a Jesús y le ataron, 13 y le llevaron primeramente a Anás;
porque era suegro de Caifás, que era sumo sacerdote aquel año. 14
Era Caifás el que había dado el consejo a los judíos, de que convenía que un
solo hombre muriese por el pueblo.
En este punto los títulos confunden un tanto por
cuanto, si bien aclaran que primero le llevan ante Anás, le dan título como de
sumo sacerdote cuando lo era su yerno Caifás
Anás interroga a Jesús (Mt. 26.59-66; Mr. 14.55-64; Lc. 22.66-71)
19 Y el sumo sacerdote (se refiere
a Anás) preguntó a Jesús acerca de sus discípulos y de su doctrina. 20 Jesús le respondió: Yo públicamente
he hablado al mundo; siempre he enseñado en la sinagoga y en el templo, donde
se reúnen todos los judíos, y nada he hablado en oculto.21 ¿Por qué
me preguntas a mí? Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he
aquí, ellos saben lo que yo he dicho.
22 Cuando Jesús hubo dicho esto, uno de los alguaciles, que estaba
allí, le dio una bofetada, diciendo: ¿Así respondes al sumo sacerdote? 23
Jesús le respondió: Si he hablado mal, testifica en qué está el mal; y si bien,
¿por qué me golpeas? 24 Anás
entonces le envió atado a Caifás, el sumo sacerdote.
Mateo 26 Jesús ante el concilio (Mr. 14.53-65; Lc. 22.54,63-71; Jn.
18.12-14,19-24)
57
Los que prendieron a Jesús le llevaron
al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos.
Mt
26.. 58
Mas Pedro le seguía de lejos hasta el patio del sumo sacerdote; y entrando, se
sentó con los alguaciles, para ver el fin.
En la versión de Juan encontramos que
Pedro no era el único que seguía a Jesús
Jn
18 15 Y seguían a Jesús Simón Pedro y otro discípulo. Y este
discípulo era conocido del sumo sacerdote, y entró con Jesús al patio del sumo
sacerdote; 16 mas Pedro estaba fuera, a la puerta. Salió, pues, el
discípulo que era conocido del sumo sacerdote, y habló a la portera, e hizo
entrar a Pedro.
Este discípulo que conocía al sumo
sacerdote podía ser Judas Iscariote, el único apóstol judío, hijo de un fariseo
conocido. Esto explicaría que consiguiera de la portera que Pedro entrara.
Y si esto fuera así el tema de la supuesta “traición” de Judas quedaría de nuevo en
entredicho.¿Y si Judas estuviera allí con Pedro para testificar
a favor de Jesús ya que la ley marcaba que se necesitaban dos testigos para
enfrentar los falsos testimonios que habrían preparado contra Jesús? Pedro no
llegó a entrar, su valor le llevó hasta el patio y aguantar durante más de una
hora las sospechas de alguaciles y criadas pero temía que le detuvieran también
a él y que, si sucedía, su familia quedara desprotegida por eso
Pedro
niega a Jesús (Mt 26. Mr. 14.66-72; Lc. 22.55-62; Jn.
18.15-18,25-27)
Jn
18. 17 Entonces la criada
portera dijo a Pedro: ¿No eres tú también de los discípulos de este hombre? Dijo
él: No lo soy.18 Y estaban en pie los siervos y los alguaciles que
habían encendido un fuego; porque hacía frío, y se calentaban; y también con
ellos estaba Pedro en pie, calentándose.
Mt
26 69 Pedro estaba sentado
fuera en el patio; y se le acercó una criada, diciendo: Tú también estabas con
Jesús el galileo.70 Mas él negó delante de todos, diciendo: No sé lo
que dices.
Juan 18 lo cuenta similar sólo aclarando
en v 26 que uno de los que increparon a
Pedro era pariente de aquél a quien Pedro cortó la oreja
Mt
26. 59 Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el
concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte, 60
y no lo hallaron, aunque muchos testigos falsos se presentaban
Mr 14. 56 Porque muchos decían
falso testimonio contra él, mas sus testimonios no concordaban. Pero al fin vinieron dos testigos
falsos, (Dt 19.15
No se tomará en cuenta a un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni
en cualquier pecado, en relación con cualquiera ofensa cometida. Sólo por el
testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación.)
Mr 14. 58 Nosotros
le hemos oído decir: Yo derribaré este templo hecho a mano, y en tres días
edificaré otro hecho sin mano. 59
Pero ni aun así concordaban en el
testimonio.
Ante el Sanedrín, un testigo no podía
venir con vaguedades. Estaba obligado a ser muy preciso en cuanto a la
identidad del acusado, y, además, en cuanto al mes, el día, la hora y las
circunstancias del hecho.
Mt
26. 61 que dijeron: Este
dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días redificarlo.
No entendieron que estaba hablando de Él
mismo como templo de Dios, no del templo al Ángel del éxodo, no de la cátedra
de Moisés que era el que tenían ellos.
Mt
26. 62 Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes
nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?
63 Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te
conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de
Dios. 64 Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde
ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo
en las nubes del cielo. (Dn 7. 13) 65 Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras,
diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí,
ahora mismo habéis oído su blasfemia.
66 ¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de
muerte! (Lv 24. 16) 67 Entonces le escupieron en el rostro,
y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban, (Is 50.6)68 diciendo: Profetízanos,
Cristo, quién es el que te golpeó.
La versión de Lucas difiere un poco en
cuanto que dice
Lc 22. 63 Y los hombres que custodiaban a
Jesús se burlaban de él y le golpeaban;
64 y vendándole los ojos, le golpeaban el rostro, y le
preguntaban, diciendo: Profetiza, ¿quién es el que te golpeó? 65 Y
decían otras muchas cosas injuriándole.
Jesús ante el concilio Lc 22. 66 Cuando era de día, se
juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y
le trajeron al concilio, diciendo: 67 ¿Eres tú el Cristo? Dínoslo. Y
les dijo: Si os lo dijere, no creeréis;
68 y también si os preguntare, no me responderéis, ni me
soltaréis. 69 Pero desde
ahora el Hijo del Hombre se sentará a la diestra del poder de Dios. 70 Dijeron todos: ¿Luego eres tú el Hijo
de Dios? Y él les dijo: Vosotros decís que lo soy. 71 Entonces ellos
dijeron: ¿Qué más testimonio necesitamos? porque nosotros mismos lo hemos oído
de su boca.
El proceso a Jesús fue una serie de ilegalidades respecto a la ley judía por
cuanto según ésta
--el juicio, y más el del sanedrín,
debía ser abierto al público. En cambio el proceso a Jesús fue efectuado sólo
ante miembros del concilio y seguramente no ante todos pues algunos
difícilmente pudieron ser avisados a tiempo para desplazarse hasta la reunión.
(Aparte de que es posible que no fueran avisados todos los que simpatizaban con
Jesús)
--debía hacerse de día, antes del ocaso.
Se hizo de noche.
--el acusado debía tener amplia libertad
para su defensa. Detenido sorpresivamente y juzgado inmediatamente no se le dio
ninguna posibilidad de armar su defensa como hubiera sido en un proceso normal.
--debía haber gran escrupulosidad tanto
en los testimonios de cargo como de descargo. La narración de los evangelios
respecto a los testigos del sanedrín evidencian que simplemente los buscaron rápidamente,
de cualquier manera y sin ningún interés de que fueran verídicos, el único
objetivo era encontrar dos que coincidieran en sus declaraciones pero como dice
el evangelio ni siquiera lo lograron por ello Caifás se vio forzado a
“conjurar” a Jesús y arrancarle las palabras que quería.
--la auto-confesión no se podía tener en
cuenta en un juicio a no ser que estuviera avalada por dos testigos.
--una vez se cerraba la instrucción del
procedimiento no se podían añadir nuevos testigos
En
Mr 14. 56 leemos: Porque muchos decían falso testimonio
contra él, mas sus testimonios no concordaban. Pero al fin vinieron dos
testigos falsos, Ese al fin
esta indicando que en el proceso llegó un punto en que no habían logrado su
objetivo de que dos testigos incriminaran a Jesús y ahí se hubiera debido
cerrar la instrucción. Pero siguieron buscando otros dos y los añadieron.
Recuérdese que dice “vinieron” por tanto no estaban allí durante el proceso y es que
duró horas ya que también leemos que, como ejemplo, entre la segunda y tercera
negación de Pedro había pasado una hora (Lc 22. 59)
--una vez se hubiera hecho una votación
condenatoria debía revisarse a los tres días antes de dictarse sentencia en el
caso de que la revisión efectuada corroborara el proceso. Este principio de
legislación judía ni se menciona
--posibilidad para el acusado
de presentar pruebas antes de la ejecución de la sentencia. Si hubieran podido
le hubieran crucificado allí mismo en el palacio de Pilato por las prisas que
tenían.
-- debía haber alguien en el tribunal
que hablara a favor del acusado. A tal punto esta regla era estricta que, si se
producía un fallo condenatorio por voto unánime, el acusado era declarado
inocente. Así que si respetaron al
menos esta norma posiblemente fue José de Arimatea quien habló a su favor ya
que leemos:
Lc 23. 50 Había un
varón llamado José, de Arimatea, ciudad de Judea, el cual era miembro del
concilio, varón bueno y justo. 51 Este, que también esperaba el
reino de Dios, y no había consentido en el acuerdo ni en los hechos de ellos
O quizás fue Nicodemo que en otra
ocasión ya habló
Lc 23. 50 Les dijo
Nicodemo, el que vino a él de noche, el cual era uno de ellos: 51
¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le oye, y sabe lo que ha
hecho? 52 Respondieron y le
dijeron: ¿Eres tú también galileo? Escudriña y ve que de Galilea nunca se ha
levantado profeta.
Juan 18. Jesús ante Pilato
(Mt.
27.1-2,11-31; Mr. 15.1-20; Lc. 23.1-5,13-25)
28
Llevaron a Jesús de casa de Caifás al pretorio. Era de mañana (viernes), y
ellos no entraron en el pretorio para no contaminarse, y así poder comer la
pascua. 29 Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación
traéis contra este hombre?
30 Respondieron y le dijeron: Si éste no
fuera malhechor, no te lo habríamos entregado.
31 Entonces les dijo Pilato: Tomadle
vosotros, y juzgadle según vuestra ley. Y los judíos le dijeron: A nosotros no
nos está permitido dar muerte a nadie;
Este diálogo no parece tener mucho
sentido pues en lugar de decir la acusación, la respuesta de ellos es
defensiva, como ante una reprimenda. Tampoco tiene sentido que Pilato les diga
que lo juzguen según sus leyes si ellos le han dicho que es un malhechor así
que es lógico pensar que la respuesta real a la pregunta de Pilato de cuál es
la acusación esté recogida en otro lugar
Jn 19. 7 Los judíos le respondieron:
Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a
sí mismo Hijo de Dios.
El
orden coherente sería:
Jn
18. 29 Entonces salió Pilato a ellos, y les dijo: ¿Qué acusación
traéis contra este hombre?
Jn
19. 7 Los judíos le respondieron: se hizo a sí mismo Hijo de Dios.
Jn
18. 31 Entonces les dijo Pilato: Tomadle vosotros, y juzgadle según
vuestra ley.
Jn
19. 7 según nuestra ley debe morir
Jn
18. 31 A nosotros no nos está permitido dar muerte a nadie;
Puestas así las cosas Pilato se
encontraba con una situación en que no quería mezclarse en un asunto de
religión judía pero tampoco quería ponerse a mal con los dirigentes judíos pues
necesitaba evitar conflictos (ya los había tenido) y más en tiempos de Pascua
donde siempre el pueblo estaba más exaltado y proclive a revueltas. Por otra
parte parece ser que Pilato tenía un sustrato de tipo religioso o supersticioso
pues que leemos que cuando oye que Jesús “se hizo a sí mismo Hijo de Dios”
Jn
19. 8 Cuando Pilato oyó decir
esto, tuvo más miedo. 9 Y entró otra vez en el pretorio, y dijo a
Jesús: ¿De dónde eres tú? Mas Jesús no le dio respuesta. 10 Entonces
le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para
crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?11 Respondió
Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por
tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene. 12 Desde
entonces procuraba Pilato soltarle.
Parece ser pues que captando todo esto
los dirigentes judíos le dieron otra acusación, la de ladrón por el episodio
del templo de ahí que dijeran:
Jn
18. 30 Respondieron y le dijeron: Si éste no fuera malhechor,
no te lo habríamos entregado.
A los ladrones se les consideraba
malhechores (comparar Lc 22. 32 con Mt 27.38), no sediciosos.
Si así se desarrolló el diálogo entonces
tiene sentido también que Pilato les dijera que lo juzgaran según sus leyes
puesto que el robo en cuestión(las monedas perdidas durante la “limpieza del
templo”) no afectaba para nada a Roma.
Entonces, para implicar a Pilato, sacaron otra acusación:
Lc 23. 2 Y comenzaron a acusarle,
diciendo: A éste hemos hallado que pervierte a la nación, y que prohíbe dar
tributo a César, diciendo que él mismo es el Cristo, un rey.
Jn
18. 33 Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a
Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos?
34 Jesús le respondió: ¿Dices tú esto
por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí?
35 Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso
judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has
hecho?
36
Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo,
mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi
reino no es de aquí.
37
Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo
soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar
testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz.
38 Le dijo Pilato: ¿Qué
es la verdad? Y cuando hubo dicho esto, salió otra vez a los judíos, y les
dijo: Yo no hallo en él ningún delito.
Lc 23. 5
Pero ellos porfiaban, diciendo: Alborota al pueblo, enseñando por toda Judea,
comenzando desde Galilea hasta aquí.
Jesús ante Herodes
6
Entonces Pilato, oyendo decir, Galilea, preguntó si el hombre era galileo.7
Y al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes,
que en aquellos días también estaba en Jerusalén. 8 Herodes, viendo
a Jesús, se alegró mucho, porque hacía tiempo que deseaba verle; porque había
oído muchas cosas acerca de él, y esperaba verle hacer alguna señal. 9 Y le hacía muchas preguntas,
pero él nada le respondió. 10 Y estaban los principales sacerdotes y
los escribas acusándole con gran vehemencia. 11 Entonces Herodes con
sus soldados le menospreció y escarneció, vistiéndole de una ropa espléndida; y
volvió a enviarle a Pilato. 12 Y
se hicieron amigos Pilato y Herodes aquel día; porque antes estaban enemistados
entre sí.
Vuelto a Pilato éste volvió a interrogar
a Jesús
Mr
15 Jesús ante Pilato 2
Pilato le preguntó: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Respondiendo él, le dijo: Tú
lo dices. 3 Y los principales
sacerdotes le acusaban mucho. 4 Otra
vez le preguntó Pilato, diciendo: ¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan.
Ahí tenemos otro indicador de que no era
una sola acusación sino varias y que Pilato intenta repetidamente encontrar una salida para no condenar a Jesús,
en este pasaje tratando de provocar a Jesús a que se defienda
5 Mas Jesús ni aun con eso
respondió; de modo que Pilato se maravillaba.
Ya se había profetizado que así sería
Is 53. 7 Angustiado él, y afligido,
no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de
sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Lc 23. 13
Entonces Pilato, convocando a los principales sacerdotes, a los gobernantes, y
al pueblo, 14 les dijo: Me habéis presentado a éste como un hombre
que perturba al pueblo; pero habiéndole interrogado yo delante de vosotros, no
he hallado en este hombre delito alguno de aquellos de que le acusáis. 15 Y ni aun Herodes, porque os remití a
él; y he aquí, nada digno de muerte ha hecho este hombre. 16 Le
soltaré, pues, después de castigarle.
Jn
19. 1 Así que, entonces tomó Pilato a Jesús, y le azotó. 2
Y los soldados entretejieron una corona de espinas, y la pusieron sobre su
cabeza, y le vistieron con un manto de púrpura; 3 y le decían: ¡Salve, Rey de los
judíos! y le daban de bofetadas.
Pilato pensaba que los judíos se
contentarían con ver a Jesús tan humillado y herido pero no fue así
Juan
19. 4 Entonces Pilato salió
otra vez, y les dijo: Mirad, os lo traigo fuera, para que entendáis que ningún
delito hallo en él.5 Y salió Jesús, llevando la corona de espinas y
el manto de púrpura. Y Pilato les dijo: ¡He aquí el hombre! 6 Cuando
le vieron los principales sacerdotes y los alguaciles, dieron voces, diciendo:
¡Crucifícale! ¡Crucifícale! Pilato les dijo: Tomadle vosotros, y crucificadle;
porque yo no hallo delito en él.
Mt 27 Jesús sentenciado a muerte (Mr.
15.6-20; Lc. 23.13-25; Jn. 18.38--19.16)
15
Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo
un preso, el que quisiesen. (Y éste fue el otro gran intento
por parte de Pilato de soltar a Jesús) 16
Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. 17 Reunidos,
pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a
Jesús, llamado el Cristo?18 Porque sabía que por envidia le habían
entregado. 19 Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó
decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en
sueños por causa de él
Jn 18. 39 Pero vosotros tenéis la
costumbre de que os suelte uno en la pascua. ¿Queréis, pues, que os suelte al
Rey de los judíos?
Mt
27. 20 Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a
la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto. 21 Y
respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte?
Y ellos dijeron: A Barrabás Jn
18. 40 Y
Barrabás era ladrón. Lc 23. 19 Este había sido echado en la
cárcel por sedición en la ciudad, y por un homicidio. (Mr 14. 7)
22 Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de
Jesús, llamado el Cristo?
Todos
le dijeron: ¡Sea crucificado!
23 Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal
ha hecho?
Lc 23. 22
Ningún delito digno de muerte he hallado en él
Pero
ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado!
Tres veces Pilato preguntó si querían
que soltase a Jesús y tres veces respondieron que lo crucificara (Lc 23.
22 Él les dijo por tercera vez). En
cierta forma es como la negación de Pedro, el personaje niega conocer a Jesús,
el pueblo judío niega conocer a Jesús como rey, como Hijo de Dios
Viendo los dirigentes judíos la
insistencia de Pilato y su tentación de soltarle pese a ellos y sabiendo su
temor al César le lanzan el ultimátum
Jn
19. 7 Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace
rey, a César se opone.
Mt
27. 24 Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más
alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente
soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros
25 Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su
sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.
Para entender qué supone esta frase he
hallado este texto sobre legislación hebrea: “En un proceso típico, los oficiales de la justicia traían al reo ante
el tribunal reunido en pleno. Dentro del tribunal, aparte de los miembros del Sanedrín,
se ubicaban también auditores que constantemente verificaban los
procedimientos. Se leían los documentos relativos al caso y se llamaba a los
testigos para que hiciesen su declaración. Cada uno de ellos era severamente
exhortado por la máxima autoridad del tribunal a decir la pura verdad con una
fórmula que concluía con las siguientes palabras: “Si
causas la condena de una persona injustamente acusada, su sangre y la sangre de
toda su posteridad, de quienes habrás deprivado la tierra, caerá sobre ti; Dios
exigirá de ti una rendición de cuentas tal como la exigió de Caín por la sangre
de Abel. ¡Habla! ”
Por lo cual al utilizar esa fórmula los
que tal dijeron se hacían a sí mismos testigos acusadores con lo cual si eran
hallados falsos pagarían por ello. Un
testigo falso, en caso de ser descubierto, recibía la misma pena que hubiera
recibido el acusado en el caso de haber sido hallado culpable.
A otro nivel al decir “Su sangre sea sobre nosotros, y sobre
nuestros hijos.” Ignoraban que estaban pidiendo ser rociados con su sangre,
que al fin y al cabo venía a ser la confirmación del bautismo de Moisés.
Ex
24.8 Entonces Moisés tomó la sangre y roció sobre el pueblo, y dijo:
He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros sobre todas estas
cosas.
26 Entonces les soltó a Barrabás
Lc 23. 23
Y las voces de ellos y de los principales sacerdotes prevalecieron. 24 Entonces
Pilato sentenció que se hiciese lo que ellos pedían; 25 y les soltó
a aquel que había sido echado en la cárcel por sedición y homicidio, a quien
habían pedido; y entregó a Jesús a la voluntad de ellos.
Jn
19. 14 Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta.
16 Así que entonces lo entregó a ellos
para que fuese crucificado. Tomaron, pues, a Jesús, y le llevaron.
Ilegalidad
del juicio de Pilato a Jesús:
Hay por lo menos ocho razones para
afirmar que el procedimiento seguido por Pilato fue absolutamente ilegal y nulo:
1. El juicio según la ley de Roma tendría
que haber sido un proceso completamente nuevo y no basado en otro con sentencia
prexistente, entre muchos otros motivos también porque los delitos por los
cuales Jesús fue acusado eran completamente diferentes.
2.
La acusación debió haber sido presentada por testigos claramente
identificados
3. Puesto que había más de un acusador,
debió haber tenido lugar una audiencia preliminar para determinar cual de ellos
actuaría de fiscal representando a la acusación.
4.
Esta audiencia preliminar tendría que haber sido privada, a puertas
cerradas, estando presentes solamente el magistrado interviniente, el acusado y
los testigos. Sólo después de esta audiencia se hubiera podido establecer una
acusación concreta y en firme para presentarla ante el juez de la causa.
5.
Hecha esta presentación se tendría que haber fijado una fecha para el
juicio.
6. El día fijado, se tendría que haber convocado
a las personas en condición de actuar como jurados y se tendría que haber
seleccionado entre ellas, mediante un procedimiento determinado por el azar, a
quienes formarían efectivamente el jurado.
7. El juicio tendría que haber tenido
lugar en un sitio apropiado, en una corte reglamentariamente constituida, con
asientos para los jueces y un entorno adecuado para la legítima defensa del
acusado.
8. La sentencia tendría que haber sido
pronunciada mediante el voto anónimo de los jueces, utilizando las piedras
blancas y negras dispuestas a tal efecto.
Elspeth. Abril 2011.
Todas las citas corresponden a Reina Valera 1960
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