-dóciles, obedientes a Dios Mt 11. 29 aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; Mt 12. 50
Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los
cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.
Stg 1.21 Por lo cual,
desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la
palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas.
- Caso especial: los profetas que obedecían a Dios pese a que les comportara sufrimiento y muerte.
Citas de Reina Valera 1960
Elspeth
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