jueves, 21 de agosto de 2014

Yo soy el Camino (VII)



Is 43. 10 Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios, ni lo será después de mí. 11 Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve. 12 Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos, dice Jehová, que yo soy Dios.
Lc 24. 44 Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. 45 Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; 46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; 47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. 48 Y vosotros sois testigos de estas cosas.
Jn 5. 30 Testigos de Cristo. Tit
33 Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, y él dio testimonio de la verdad.34 Pero yo no recibo testimonio de hombre alguno; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos.
Mt 24. 13 Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.14 Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin
Jn 21.24 Este es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos (los apóstoles) que su testimonio es verdadero.
 
Hech 1.8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.
  
Is 43. 15 Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel, vuestro Rey. 16 Así dice Jehová, el que abre camino en el mar, y senda en las aguas impetuosas;
Mt 14.25 Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
 
 
Is 44. 3 Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos;
Jn 7.39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.
Jn 20. 21 Entonces Jesús les dijo otra vez: Paz a vosotros. Como me envió el Padre, así también yo os envío. 22 Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.
Hch 2 La venida del Espíritu Santo 1  Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen
 


Is 45. 8 Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación y la justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado.
Mt 21.32 Porque vino a vosotros Juan en camino de justicia, y no le creísteis
Lc 2. 30 Porque han visto mis ojos tu salvación,
Lc 19. 9 Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa
Juan justicia, Jesús salvación. Los cielos rocían sus enseñanzas por dos mil años y las nubes de testigos de ello hablan del perdón de Dios y se esfuerzan por ser justos.


Is 45. 22 Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. 23 Por mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia, y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará toda lengua
Zc 9. 1 porque a Jehová deben mirar los ojos de los hombres, y de todas las tribus de Israel.
Zc 12.10 Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.
Jn 3. 14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Jn 12. 32 Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.
Jn 8.28 Les dijo, pues, Jesús: Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo.
Jn 8. 24 porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis.



Elspeth 2013
Citas de Reina Valera 1960

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